Trastornos del Estado de Ánimo y Ansiedad
La depresión, es uno de los trastornos que más disfuncionalidad provoca en el mundo según la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué son los trastornos afectivos?
Los trastornos del estado de ánimo o afectivos (depresiones) suponen un grave problema en la persona que los sufre ya que interfiere en su forma de relacionarse con el mundo. Suelen ser enfermedades que afectan además, al entorno familiar y cercano del paciente.
1 de cada 6 personas sufrirá en algún momento de su vida un trastorno afectivo. Según los datos afecta a más del doble de mujeres que a hombres.
¿Cuáles son las más frecuentes?
Los trastornos afectivos más frecuentes son:
Los síntomas de la depresión son fundamentalmente ánimo bajo, pérdida de interés, ganas de llorar sin motivo aparente, pérdida de energía, cansancio y disminución de la vitalidad, disminución de la atención y la concentración, baja confianza en uno mismo y sentimientos de culpa e inutilidad, problemas de sueño, cambios en el apetito.

Es un trastorno mental grave y recurrente que se extiende a lo largo de la vida de la persona y que consiste en la fluctuación del estado de ánimo entre dos polos opuestos: la manía o fase de exaltación que se manifiesta a través de un ánimo expansivo o irritable, euforia, sentimientos de grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, verborrea, pensamiento acelerado, aumento de actividad en diferentes áreas (relaciones, sexualidad, incrementos de gastos…), y la depresión o fase de hipomanía en la que predomina la tristeza, la inhibición y la ideación negativa.

Los síntomas más significativos de la ansiedad son la taquicardia, sensación de falta de aire, mareo, pinchazos en el pecho, pérdida de sensibilidad en las extremidades, sensación de pérdida de control, náuseas o bloqueo. Como se puede apreciar, muchos de estos síntomas son de índole física, por lo que siempre es necesario descartar que lo que acontece al paciente no sea una enfermedad médica. Por otro lado, hay que tener en cuenta también que la ansiedad puede ser un síntoma de otra patología como el trastorno de la personalidad o el abuso de sustancias.

Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. Algunas personas pueden lidiar con el estrés de forma más eficaz o recuperarse de los acontecimientos. El estrés es una respuesta natural del cuerpo a la presión o al riesgo, y tiene una función positiva que nos ayuda a estar alertas en momentos de peligro o crisis, a tener más energía y a agudizar nuestra rapidez mental. El problema es cuando se convierte en un estado crónico y cualquier cosa nos produce estrés. El estrés crónico se produce cuando una situación de estrés se alarga en el tiempo, y sus síntomas permanecen día tras día sin que exista ya ningún desencadenante.
Aprender a gestionarlo puede ayudarnos a ser más rápidos, efectivos y productivos, utilizando sus ventajas cuando es necesario, y reduciéndolo o dejándolo a un lado cuando no lo es. Los ejercicios de psicología cognitiva y las técnicas de relajación pueden ayudarnos a reducir el estrés en nuestro día a día.
El estrés de rutina (“burnout”) puede ser el tipo de estrés más difícil de notar al principio. Debido a que la fuente de estrés tiende a ser más constante que en los casos de estrés agudo o traumático, el cuerpo no recibe ninguna señal clara para volver a funcionar normalmente. Con el tiempo, la tensión continua sobre el cuerpo debido al estrés de rutina puede contribuir a problemas graves de salud, como las enfermedades del corazón, presión arterial alta, diabetes y otras enfermedades y también trastornos como la depresión o ansiedad.

El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad bastante frecuente que se caracteriza por la presencia de pensamientos obsesivos, intrusivos y persistentes, que se acompañan de actos compulsivos recurrentes dirigidos a reducir la ansiedad asociada, y que a su vez generan mucha inquietud y malestar. El trastorno obsesivo compulsivo es tan frecuente en hombres como en mujeres y el comienzo se sitúa habitualmente en la infancia o al principio de la edad adulta. El impacto emocional es muy grande y el malestar de las personas que lo sufren puede tener una evolución crónica. Por esto, el tratamiento terapéutico y farmacológico es vital para tratar de normalizar y adecuar la funcionalidad de la persona a lo cotidiano.

¿Cuáles son nuestros objetivos?
- Que el paciente tome conciencia de su situación y adquiera el compromiso activo para su trabajo terapéutico.
- Que el paciente vaya adquiriendo las capacidades de autocontrol y regulación de los procesos de activación fisiológica, para alcanzar un nivel adecuado de estabilidad emocional.
- Establecer un tratamiento eficaz, monitorizado día a día durante el ingreso, en aquellos pacientes cuyos síntomas no se hayan podido subsanar de forma ambulatoria.
- Ofrecer un espacio seguro de cara a proteger al paciente de sus propios impulsos autolesivos, en el caso de que los hubiere.
¿Qué ofrece nuestro programa?
Nuestro Hospital es un sitio seguro, nuestro principal objetivo es que el ingreso resulte lo más provechoso posible para el paciente.
Integramos a nuestros pacientes desde el primer día en un programa diseñado específicamente por nuestro equipo terapéutico, el programa es flexible, tiene una duración de 4 semanas (aunque es adaptable dependiendo del caso) y pretende involucrar a los pacientes activamente en su proceso terapéutico. El programa de trastornos afectivos ofrece un tratamiento integral farmacológico y terapéutico con una previa evaluación para realizar un diagnóstico diferencial y dirigir al paciente a una estructura de actividades concretas orientadas a su recuperación. El mismo programa se puede adaptar en régimen de Hospital de Día.
Una vez iniciado el proceso, el paciente adquiere el compromiso para realizar un horario estructurado de terapias y talleres específicos con los siguientes objetivos:
- Trabajamos las habilidades para regular y manejar sus emociones a través de la identificación de respuestas fisiológicas, cognitivas y comportamentales.
- Las capacidades de identificar y comprender el mundo de forma objetiva. Las estrategias de autocontrol.
- Entrenamiento en el control de impulsos y manejo de estrés.
- El aprendizaje de la reestructuración de la interpretación de los pensamientos automáticos y negativos.
- Las habilidades para la planificación y organización del día y la introducción de actividades gratificantes con objetivos realistas.
- La estimulación de los recursos cognitivos como atención, concentración y memoria.
- Mejorar las habilidades sociales para construir relaciones interpersonales saludables con el entorno familiar y social.
- Trabajaremos la inteligencia emocional con un desarrollo de su autoconocimiento, modulación en el funcionamiento y conocimiento del lenguaje emocional.
- La identificación de factores de riesgo y mecanismos de protección: entrenamiento anti recaídas.
- A su vez, el programa incluye un plan de actividad física complementario y muy necesario.

Equipo
Cada paciente recibe la atención de un psiquiatra de referencia, quien se ocupará de su seguimiento médico de manera personalizada durante el ingreso hospitalario. A su vez, el médico coordinará al equipo multidisciplinar de psicólogos, terapeutas, y preparador físico para determinar el plan más especializado para cada paciente en función de su evolución. Trabajamos coordinados con el profesional que está atendiendo ambulatoriamente al paciente.